¿Quieres saber tu Carta Natal y lo que puede aportarte?, en este artículo te lo contamos todo.
A menudo solemos preguntar esto a una persona que hemos conocido recientemente o incluso lo hemos conversado con amistades de tiempo, bien porque ha surgido durante la conversación, o porque hemos sentido curiosidad por saberlo.
Casi todo el mundo hoy en día se interesa por saber más de su signo zodiacal, que ya conocen, y se hacen muchas preguntas al respecto, como, por ejemplo:
Se cree que nació con los caldeos y los sumerios, fruto de una minuciosa observación de los fenómenos celestes.
Se habla del tema con aires de experto, se juega o se ridiculiza, dándole apenas importancia a la conexión real que existe entre el ser humano y los astros.
En todas las grandes civilizaciones del pasado que reivindican su paternidad,(egipcia, india, china, e incluso precolombina), la astrología formaba parte de lo habitual, y marcaba junto con el sol y las estaciones los ritmos del tiempo.
Se establecía un tiempo para “el rito, el amor o la guerra”.
Podemos encontrar el simbolismo astrológico en todas partes: en el tarot, la alquimia, la quiromancia, los sueños, y la numerología, porque los planetas son los coágulos, los centros de fuerza de los sentimientos y de las necesidades de todo ser humano.
Rotundamente no, no es lo mismo:
Antes de aclarar la influencia de la astrología en nuestra vida y su conocimiento a través de nuestra carta natal, debemos saber, qué son los símbolos astrológicos y el simbolismo de los planetas, pues todos se aúnan en nuestra identidad astral a través de los signos del zodíaco:
Todos ellos y acompañados por sus respectivos domicilios, exaltaciones, exilios y caídas, es la esencia que se mostrará en tu carta natal.
Estas cuatro energías se complementan entre sí, poniendo de manifiesto todo el abanico posible de formas de ser y abarcando de forma simbólica la totalidad del ser humano.
Esta clasificación distingue además entre energías femeninas y masculinas.
Las energías femeninas corresponden a los signos de Tierra y de Agua. Son energías receptivas y reservadas (YIN, en medicina china).
En contraposición, encontramos las energías masculinas de los signos de Fuego y Aire que son energías YAN, orientadas a la acción y a producir un impacto visible en el mundo exterior.
Este estudio es la primera aproximación que todo astrólogo debe hacer ante una carta, antes de ponerse a estudiar los aspectos más concretos de ésta.
Lo ideal es tener en nuestra carta un poco de cada una de las cuatro energías, pero es habitual encontrarse con cartas de personas que carecen de una de estas energías básicas o tienen una en exceso. Esta característica implica siempre un desequilibrio del que la persona no siempre es consciente.
Veamos a continuación las implicaciones de tener escasez o exceso de una determinada energía en nuestra carta natal.
Si andamos escasos de este elemento, (emoción y sensibilidad), nuestra vida emocional será menos consciente y manifestada, nos costará entender nuestras verdaderas motivaciones y la de los demás. Si no sabemos que carecemos de este elemento en nuestro mapa vital, difícilmente tomaremos consciencia de la importancia de conectar con nosotros y con los demás a nivel más auténtico y profundo.
Si nos sobra Agua en carta, seremos imaginativos y sensibles, pero también muy impresionables, susceptibles y miedosos frente a los desafíos o las novedades. Llevar esta tendencia a la consciencia puede hacer que la persona se empodere y supere miedos si así lo desea.
Si no disponemos de Fuego (energía y confianza en la vida y en nuestras capacidades), tendremos poca energía, con tendencia a tener frío y con poca resistencia. El estado de ánimo será más realista tirando a pesimista. La escasez del elemento Fuego en carta, como en los otros casos, se puede paliar con otros elementos de nuestra carta natal y por ello hay que estudiar cada caso con detalle.
Si en cambio, nos sobra Fuego, podemos llegar a ser demasiado activos e impulsivos, impositivos o agresivos con tal de conseguir nuestros objetivos o intereses, con el consiguiente choque con los demás.
Si lo que nos falta es Tierra (sentido común, pragmatismo, estabilidad), nos costará obtener resultados tangibles y sentido práctico. Seremos más desorganizados e inestables. El consejo para estas personas sería acostumbrarse a ciertas rutinas para no dispersarse y establecer planes de acción planificados y estructurados para obtener lo que se propongan. También es interesante todo lo que tenga que ver con el contacto con el elemento tierra: paseos por la montaña, trabajo con barro, consciencia corporal a través de los masajes, del yoga o el reiki, por ejemplo.
Cuando tenemos en nuestro mapa mucha Tierra, podemos fácilmente perder perspectiva y visión general y ser estrechos de miras. El mundo laboral y práctico puede llegar a ser lo único importante para nosotros, con el consiguiente empobrecimiento vital.
Carecer de Aire (facilidad para el estudio y para la comunicación, sentido relacional, adaptabilidad), suele traducirse en falta de flexibilidad y de dificultad para conectar con los demás, con la consiguiente tendencia al aislamiento.
Si hay un exceso de Aire, existe peligro de desgaste nervioso. También puede dar tendencia a acumular datos a costa de sentir emoción de forma genuina y profunda.
De todas formas, como siempre, en astrología y antes de extraer cualquier conclusión hay que estudiar la carta natal en su conjunto, ya que la ausencia o exceso de una de las cuatro energías básicas pueden verse compensados por otros elementos del tema natal, como son el énfasis de planetas en ciertas Casas (sectores) o el tipo de aspectos entre planetas.
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