Llavero Esmaltado San Cipriano

Descripción

Llavero Esmaltado San Cipriano, de 45 x 30mm. El complemento religioso ideal para llevar tus llaves siempre bien guardadas, mientras que este santo te protege.

Llavero artesano y de gran calidad con la imagen de San Cipriano

Información sobre San Cipriano

San Cipriano es venerado por la iglesia católica y ortodoxa.

Vivió en la época de Diocleciano y sufrió la persecución contra los cristianos. Le martirizaron junto a Justina el 26 de septiembre, fecha en que se los celebra y festeja.

Se le venera como santo por deshacer hechizos de magia negra y brujerías, además se le atribuye la escritura del Libro de San Cipriano.

Este libro es muy famoso ya que contiene hechizos y oraciones, de manera que es muy conocido en todo el mundo de habla hispana y portuguesa.

Se dedicó a predicar el cristianismo, de hecho ésta fue la razón por la cual Diocleciano ordeno su persecución.

El emperador ordenó su arresto y también fue arrestada junto a él, Justina. Se negaron a renunciar a su fe y fueron torturados.

Características y datos del Llavero Esmaltado San Cipriano

• Este llavero se ha fabricado artesanalmente y con gran calidad.
• Se ha puesto mucho mimo y cuidado en su creación.
• Trae una oración para hacerle al santo. Ésta se encuentra en el reverso del paquete que lleva el llavero.
• Tiene un bonito diseño, muy elegante y acorde con los tiempos actuales.
• Es resistente y mide 45 x 30 mm.
• La imagen del llavero artesano representa a San Cipriano.
  • Éste aparece con los brazos abiertos y portando su báculo de la fe cristiana.
• Este llavero es un objeto de fe, no debe ser usado como un amuleto.

La figura de Justina y su vinculación con este santo

Este santo conoció a Justina a la edad de 30 años, al volver a su ciudad natal, Antioquia.

• Se desempeñó como brujo y era muy popular entre los ciudadanos.
• Vivía en una cueva en donde se dice que hacía sacrificios animales y humanos.
• Además, se dice que allí desarrolló gran parte de los hechizos que están en su libro.

Cuentan que un día al salir de su cueva, se le acercó un joven al que le prometió el amor de una dulce mujer llamada Justina.

Justina era cristiana y había convertido a sus propios padres. Pero San Cipriano al verla quedó tan enamorado y encantado, que quería que la mujer fuese solo para él.

Así comenzó su bella historia de amor. Ya que ella fue la encargada de convertirlo al cristianismo y llevarlo por el buen camino.